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El 20 de junio de 2017, la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) emitió una resolución respecto a la Ley Modelo sobre la “Sociedad por Acciones Simplificada” (SAS), como una nueva forma de organización corporativa la cual consiste en una Persona Jurídica provista de responsabilidad limitada, de naturaleza comercial; que, se excusa de algunos requisitos de constitución formales y costosos, asentando una estructura y modelo de negocio simplificado y flexible, constituyéndose en un híbrido entre una Sociedad de Responsabilidad Limitada y una Sociedad Anónima; ideal para las pequeñas y medias empresas (MyPes).

A nivel latinoamericano, países como Argentina, Colombia, Chile y Ecuador se sumaron a la propuesta de la OEA, adaptando el modelo a sus legislaciones, contribuyendo así al desarrollo de MyPes a través de la propicia figura, principalmente, holgando los requisitos de constitución que difícilmente pueden ser ejecutados por inversores fallidos o neófitos.

Ante la actual pandemia, la reinvención fue determinante para muchas empresas y Personas Naturales, quienes tuvieron que crear nuevas formas de negocio para poder contrarrestar las pérdidas o la falta de ingresos económicos y, el contar con una estructura corporativa ampliamente flexible, podría favorecer en magnitud a los nuevos emprendimientos.

Dentro de los beneficios principales que ofrece una SAS se encuentran:

• Duración indeterminada sin la necesidad de modificar los estatutos.
• El capital social puede dividirse en acciones que a su vez admite distintas clases: ordinarias o preferidas.
• Limitación de responsabilidad del socio al monto aportado, aunque fue sólo un propietario (a diferencia de la Unipersonal).
• La constitución de una empresa a través de sólo un documento privado.
• El objeto social debe ser comercial, pero puede ser indeterminado, plural o netamente enunciativo, pudiendo expandirse en un futuro.
• Capital inicial cero con un plazo de dos años para ser pagado.
• Venta libre de acciones, pudiendo restringirse la venta de acciones hasta por un término de diez años prorrogable por un lapso igual. La venta de las acciones puede efectuarse directamente, sean los compradores accionistas o no, salvo se haya pactado derecho preferencial sobre ellas.
• Libertad en la configuración administrativa, no requiere una sindicatura.

La incorporación de las SAS en la legislación boliviana es tarea pendiente que requiere de la reforma de la Ley No.947, su Reglamento, y la incorporación de la figura corporativa al Código de Comercio, promoviendo así la adecuación y surgimiento de MyPes que, a raíz de la pandemia, requiere hoy más que nunca de la modernización y reinvención normativa comercial, acorde a la realidad y necesidad económica del país, considerando además que dicho aditamento implicaría la migración a la novedosa y favorable figura, dejando probablemente en desuso a la Sociedad Unipersonal.